Siempre que vamos a imprimir un trabajo nuestra mayor preocupación es el resultado final. Si bien el proceso de impresión será el proceso definitivo para verlo. Las imprentas contamos con los mejores procesos previos para garantizar su calidad.
Parece que últimamente el concepto «experiencia de cliente» esté en boca de todos los expertos en marketing. Y muchas empresas están priorizando sus inversiones en tecnologías y puntos de contacto para mejorar el compromiso. Pero al investigar sobre su comprensión de los comportamientos, las expectativas y las preferencias de los clientes modelo, descubrimos que esas mismas empresas carecen de estructura para generar una experiencia coherente y medida entorno a su marca.
Así es cómo vemos, con demasiada frecuencia, que la experiencia de cliente no comienza por el cliente. Aunque por definición se entiende cómo la relación que tiene un consumidor con la marca. Y ésta se mide gracias a la emoción que genera en la suma de todos los puntos de contacto entre ambos. Dicho de otra manera, la experiencia de cliente pertenece al cliente y por ello debe comenzar y terminar en él.
Cada vez es más común estar dialogando con alguien y que te comente que «no tiene tiempo». No tienen tiempo para hacer crecer su marca personal, publicar contenido o para cuidar a sus clientes.
Queramos admitirlo o no, tenemos mucho más tiempo del que creemos, para ser exactos todos tenemos 24 horas al día. Pongamos que se trabajan unas 8 horas al día, y que para ir y volver se invierten otras dos horas. Eso es un total de 10 horas dedicadas al trabajo.
Cuánto tiempo quieres pasar con tu familia, ¿3 horas al día?. Necesitamos 7 horas de sueño, de acuerdo. Y aún así tenemos 4 horas de sobra.
¿Y tú qué estás haciendo con esas 4 horas? La mayoría de personas las invertirán viendo Netflix, pasando un buen rato con los amigos o relajándose del cansancio acumulado del trabajo. En este artículo pretendemos compartir algunas técnicas útiles para exprimir cada segundo.
La comunicación entre la empresa y los clientes es esencial para crear una relación de confianza con ellos y por tanto estar un paso más cerca de fidelizarlos.
Es esencial que siempre se actúe con la premisa de «actúa como te gustaría que lo hiciesen contigo como consumidor», este pequeño lema será clave para que poco a poco tu negocio vaya adquiriendo una buena imagen. Pero existen ciertos errores que son más habituales de lo que creemos y que pueden afectar negativamente a tu imagen de marca.