La mayoría de las compañías, inmersas en la rutina, hemos enfocado nuestro de actuación en el más puro «cortoplacismo». Y desconocemos lo que nos puede beneficiar un buen Manual de Procesos.
Nuestras actividades están centradas siempre en el hoy y mañana es considerado un término muy lejano. Y, por supuesto, esto tiene sus repercusiones. Somos incapaces de abarcar todas nuestras tareas. Y la realización de estas se ralentiza por la falta de sistematización. Los cimientos en los que nos basamos son la acción-reacción, solucionando a base de improvisación.