¿Qué tipografía es la más adecuada para maquetar un libro? ¿Realmente afecta la elección de la tipografía a la legibilidad?
Si estás pensando en imprimir tu libro estas son algunas de las preguntas que seguro han pasado por tu mente.
En esta ocasión, vamos a tratar algunas nociones que te permitirán decidir qué tipografía es la más adecuada. Siempre teniendo en cuenta las preferencias personales y unas reglas de legibilidad básicas.
También es importante tener en cuenta el contenido del libro, educativo, científico o ficción… cada uno de ellos requiere trabajar con una tipografía diferente ya que su público es distinto.
Clasificación de las tipografías para libros
La clasificación de la tipografía depende de la anatomía de la letra. Si bien existen muchísimas opciones, analizaremos las más básicas:
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Serif o con serifa: son aquellas que tienen remates. Es decir, esas pequeñas líneas que encontramos en las terminaciones de las letras.
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Sans serif o sin serifas: por el contrario, estas son las que carecen de remates en sus terminaciones.
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Script: son tipografías que se inspiran o imitan las hechas a mano.
Para la lectura en papel impreso, las tipografías óptimas son las Serif. Algunos ejemplos de las mejores opciones son:
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Palatino Linotype
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Adobe Garamond Pro
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Century Schoolbook
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Georgia
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Goudy Old Style
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Book Antiqua
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Bookman
Como veíamos previamente, no hay que olvidar el tipo de libro que queremos publicar. Pero sea quién sea que vaya dirigido, la idea principal es que las fuentes sean lo más legible posible.
Así mismo, intervienen muchos más factores a la hora de conseguir que un libro sea atractivo. Como la portada y la maquetación del texto, el espaciado y el tamaño de los caracteres.
Aún así, la opción que ofrece mejores resultados libros impresos es la tipografía serif. Ésta ayuda al ojo, ya que crea una ilusión óptica de una línea horizontal, por la que la vista se desplaza mejor al leer. Lo que supone una de las principales razones por la cual se escoge este tipo de letra.
Sucede también con los periódicos y revistas. Aunque en ocasiones se permiten más licencias. Jugando con diferentes fuentes en la publicación o a lo largo de la página.
Las portadas
En las portadas se siguen otras premisas. No solo se busca normalmente que sea legible. También consiste en llamar la atención del lector desde la cubierta y para finalizar en la venta.
Con este fin, se utilizan otro tipo de tipografías. Como sans serif, graphic, script, entre otras.
El tamaño de las fuentes
En la relación al tamaño de la tipografía no existe un estándar. Ya que éste interactuará con el formato, las columnas y los márgenes. Aunque, por regla general, en cuerpo de la letra oscila entre 10 y 13 puntos.
Finalmente tendríamos entorno 50-70 caracteres por renglón. Evitando cansar la vista y permitiendo realizar saltos naturales en la lectura. En este punto interviene el gusto de cada autor, y sus preferencias en la lectura que ofrece. Por ello desde Aries recomendamos que el autor trabaje mano a mano con el equipo de maquetación. Trabajar un libro es mucho más que volcar textos, y un buen trabajo ofrece un resultado totalmente diferente.
¿Conocíais ya estas bases? Esperamos que hayan sido de ayuda. Y ante cualquier duda no dudéis en preguntarnos.