Al igual que las imágenes son imprescindibles para que un diseño llame la atención, las tipografías juegan un papel fundamental tanto en su apariencia final como en su legibilidad. A continuación te explicamos la importancia de la tipografía en las artes gráficas y te damos algunos trucos para utilizarlas con éxito en todos tus soportes de comunicación.
Qué es la tipografía
Es muy posible que tu publicidad, tu cartelería e incluso tu logotipo tengan un soporte de texto. Para que su diseño gráfico cumpla con los objetivos, este tiene que seguir cierta armonía visual con el resto de la composición y, a la vez, transmitir información que ayude a su comprensión. Por otra parte, si lo que estás diseñando es un folleto o un libro, aparte de ofrecer una estética determinada habrás de brindar una buena experiencia de lectura. Y para eso es fundamental la legibilidad.
A la hora de dar una solución eficiente y que satisfaga todos estos objetivos, es imprescindible que elijas bien: una buena tipografía puede salvar tus textos de impresión. Recuerda que, además de transmitir conceptos, influirá de manera determinante en la percepción que el lector tenga del trabajo.
Clases y tipografías más frecuentes
Al igual que hay artes finales minimalistas, de estilo retro o futuristas, también dispones de una amplia variedad de tipografías. Puedes encontrarlas sencillas u ornamentales, diseñadas específicamente para titulares llamativos o para largos bloques de texto. Estos son algunos de los tipos más relevantes.
• Romanas. Se trata de un estilo clásico, elegante y sencillo, con remates en los bordes que sirven para crear un efecto de línea horizontal. Son las más indicadas para los textos largos, ya que hacen más difícil que el ojo se equivoque al saltar de línea. Ejemplos típicos son Times New Roman o Garamond.
• Sans Serif. Se conoce con el nombre de serifa o remate al adorno que poseen los caracteres en sus extremos. Pero en la actualidad está muy de moda el estilo contrario, especialmente en bloques de pocas líneas o en folletos. Crea textos de apariencia visual muy sencilla, generando una sensación de aire y espacio entre líneas y entre caracteres. Esto hace que su apariencia visual sea muy limpia. Dos ejemplos muy empleados son Helvética o Arial.
• Manuscritas. Los diseños de tipo manuscrito buscan transmitir la cercanía y calidez del texto escrito a mano. Para conseguirlo, utilizan trazos irregulares. Esto hace que su legibilidad no siempre sea óptima, por lo que no son recomendables para maquetaciones con mucho texto. Identificarás estas letras porque a menudo van acompañadas de las coletillas script, brush o handwriting.
La importancia de la tipografía en un texto impreso
Como has podido ver, no todos los tipos son aptos para cualquier diseño. Para encontrar el que mejor se adapte a tus necesidades, habrás de tener en cuenta varios factores.
1. En primer lugar, cuanto mayor sea el número de palabras a utilizar, más sencillo y clásico debe ser el diseño. Una letra intrincada es más difícil de leer, y una sin remates puede hacer que el lector se pierda más a menudo al saltar de línea, por lo que emplearla en un texto largo hará su lectura más lenta.
2. Por otro lado, no es lo mismo escribir la carta de un restaurante, un anuncio para una revista o un cartel de aviso. Los objetivos que persigas determinarán si tienes que apostar por fuentes con un mayor impacto visual o por otras más sencillas.
3. Finalmente, busca crear armonía visual con el resto del contenido. Si estás usando imágenes de líneas muy simples y minimalistas, seguramente una letra manuscrita no quede bien.
Como ves, las tipografías son determinantes en el diseño gráfico. Gracias a ellas podrás dar contexto a las imágenes, mejorar la experiencia del lector y potenciar el estilo que buscas. En Aries somos especialistas en el uso de la tipografía, pues conocemos su importancia. Si tienes más dudas, contacta con nosotros y te atenderemos enseguida. ¡No esperes más!