El trabajo de imprenta cuida en detalle la presentación de un documento. Un buen formato añade valor al contenido. Existen aspectos de impresión que son muy técnicos: el sangrado tiene una gran importancia en este contexto, como podrás comprobar a continuación.

Qué es el sangrado en un documento de impresión

El sangrado hace referencia a una distancia de seguridad que se añade sobre un trabajo. De este modo, al realizar el corte en la guillotina de imprenta, el resultado final será perfecto. Es decir, la ausencia de sangrado puede causar un resultado antiestético en los bordes del material: en concreto, aparecen unos bordes de color blanco que afectan a la imagen definitiva del documento de manera negativa. Mientras que el sangrado aporta belleza al diseño, su ausencia genera el efecto contrario.

Para dotar al contenido de esta superficie es importante añadir esta configuración en el documento. Este espacio de seguridad debe estar presente en cada uno de los lados. De hecho, es esencial que lleves el trabajo a la imprenta con esta configuración previa que cumple una función de seguridad. Estos márgenes enmarcan con precisión la información del documento. Por lo tanto, facilitan la realización del corte posterior, una tarea esencial en la imprenta y evitan el riesgo de que se produzca algún fallo en este proceso, el cual podría afectar a la calidad del contenido.

¿En qué tipos de documentos es importante mantener esta medida de seguridad? En aquellos que contienen una información que se extiende hasta el borde de la página. Existen distintos tipos de impresión que debes conocer. La impresión offset suele estar indicada para realizar un alto número de ejemplares con una gran calidad visual. La impresión digital, una de las propuestas disponibles actualmente, es muy rápida. Los servicios de imprenta han evolucionado a lo largo de la historia.

¿Qué ocurre si nos equivocamos con las sangres?

Pueden producirse distintos factores que afecten de manera negativa a la terminación del trabajo. Por ejemplo, puede darse una pequeña desviación en el corte final. En ese caso, no pasará nada verdaderamente significativo si la configuración del sangrado ha sido la correcta. Por el contrario, el efecto sí será más observable si hubo algún error en este cálculo.

Por otra parte, este tipo de error afecta a la calidad final de un documento, puesto que estos fallos producen un efecto antiestético. Si te equivocas en este proceso, ten en cuenta que el resultado no será el que tú habías planificado. En concreto, aparecerá un borde de color blanco que altera el diseño inicial. Uno de los errores habituales que observan los profesionales de la imprenta es que los clientes envían documentos para imprimir que carecen de esta distancia de seguridad. Otro de los fallos que puede producirse en este contexto es que el fondo del folio que está situado en la zona del borde no sea el esperado. Lo mismo puede ocurrir si una imagen llega hasta este límite.

Algunas de las máquinas utilizadas en la imprenta tienen un pequeño margen de error. Sin embargo, estas posibles variaciones no producen consecuencias en un producto de diseño gráfico. Así ocurre cuando su arte final cuenta con un sangrado que previene este tipo de imprevistos. Por tanto, lo que sucede cuando nos equivocamos con las sangres es que el acabado de la impresión no se ajusta a la expectativa deseada. Es posible observar diferencias significativas entre el objetivo a alcanzar en la imprenta y el resultado final de este proceso. Un posible error es que el texto quede muy próximo al borde.

En conclusión, las sangres de artes gráficas resultan esenciales porque aportan un acabado profesional de un proyecto que pasa por la imprenta.

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