El objetivo de cualquier empresa a la hora de elaborar un trabajo en formato papel es que logre un gran impacto. Más aún si hablamos de la impresión para materiales de marketing. El papel ha sido desde tiempos remotos el soporte básico para la comunicación entre personas. ¿Por qué ahora se le presta tanta atención a aspectos como la tonalidad o el grosor? Te lo explicamos.
Cómo elegir el papel más adecuado para tu trabajo
Cuando pensamos en imprimir un documento casi nunca nos paramos a pensar que el grosor, el tacto o la tonalidad del papel influye en el resultado final; es algo a lo que se le presta muy poca atención. Sin embargo, hay momentos en los que es fundamental elegir un buen material para obtener una impresión de calidad. Aunque no lo parezca, los pequeños detalles marcan mucho la diferencia. ¿Qué aspectos son los más importantes a la hora de elegir el papel?
Tonalidad
Hoy en día, los fabricantes de papel diseñan folios de distintas tonalidades. Actualmente, cualquier persona que acuda al mercado a comprar hojas puede que al principio no se dé cuenta de que existen distintos tipos de tonos: color crema, blanco intenso, amarillentos, azulado, etc. Por tanto, antes de adquirir un papel es crucial conocer previamente qué tonalidad se adapta mejor a tus necesidades.
Si lo que buscas es dar una sensación de calidez y tranquilidad, te aconsejamos que pruebes con las láminas de color crema. Los tonos más amarillentos tienden a crear en nuestro cerebro una sensación de paz y bienestar. Por otro lado, si la intención es transmitir seriedad y frialdad, es recomendable adquirir un papel de color blanco. Este suele presentar a su vez distintas tonalidades, desde el blanco genérico a tonos más azulados. Este tipo de tonalidad permite que las imágenes se vean con más contraste y, por tanto, consigan llamar más la atención.
El tacto
Las empresas dedicadas al diseño editorial prestan mucha atención al tacto de la hoja. Para algunos negocios es fundamental que la persona que toque el papel sienta bienestar haciéndolo. Aunque no lo parezca, la sensación física que transmite el papel a los dedos ayuda a cambiar la percepción de un texto genérico.
La hoja de un libro puede ser suave o rugosa al tacto, rígida e incluso punzante. Si el lector, mientras lee un libro, siente una sensación desagradable al pasar las páginas, es probable que deje de hacerlo. Las superficies lisas tienden a ser más «elegantes», mientras que las más rugosas presentan un tacto más natural. Los departamentos de marketing del sector editorial saben muy bien de su importancia.
Otros aspectos
Una impresión de calidad con tipografías de diseño no es nada si no se presta atención al tamaño. Además del tipo de hoja, es igualmente importante elegir con criterio un tamaño acorde a las necesidades de los clientes; al final, todo depende de las necesidades de tu corporación. No es lo mismo presentar un escrito en un papel de tamaño A4 que en un A6. Ten en cuenta que cuanto más pequeño sea el papel menor espacio habrá para insertar imágenes.
Una vez decidido el tamaño, es el turno de pensar en el grosor. ¿Sabías que el valor del papel se mide en gramos por metro cuadrado o GSM? A mayor GSM, mayor será el confort del lector. Elegir un tipo de grosor u otro depende de lo que estés dispuesto a invertir. Normalmente, a mayor tamaño más alto será su precio.
Ahora ya sabes un poco más sobre la utilidad del papel. Nunca es tarde para aprovechar su poder para mejorar tu imagen corporativa y sorprender a tus clientes.