La delgada línea que separa empresas y personas nos obliga a ser honestos sobre quiénes somos y cuáles son nuestros valores como marca. Ya sea para definir la comunicación externa o lidiar con cualquier conflicto interno, la inclusión en la empresa es fundamental.
Como líderes y compañeros hemos de entender el impacto de nuestras palabras y acciones. Relacionarse requiere honestidad e integridad. Y no sólo como marca, sino como individuos que forman una compañía.
Los que trabajamos en empresas con departamentos muy definidos, conocemos el reto que esto supone. Cada equipo se cierra de forma estanca pensado que los otros son su competencia. Y derribar esos muros no es tarea fácil.
El mercado sigue haciendo un mal trabajo con la representación y la inclusión. Pero establecer la cultura correcta en los lugares de trabajo es un ejercicio necesario. Ya que pasamos más tiempo en el trabajo que en nuestro hogares y es importante compartir unos valores.
A medida que cada persona ve la trascendencia de esto, la cultura general cambia. Las personas pasan de una compañía a otra y traen consigo sus experiencias y sus valores. Y, aunque ninguna persona cambie la cultura de una empresa, ésta se ve completa por el colectivo.
Todos quieren sentirse incluidos. Todos queremos sentirnos seguros. Queremos tener ese poder.
Algunos tendrán más poder que otros. Pero es nuestra labor como empresa es cuidar la comunicación para crear una cultura mejor, más inclusiva y respetuosa. No importa cuál sea tu puesto. Los cambios inspiran a personas diferentes que también buscan mejorar su estado. Y, a fin de cuentas, esto repercute en la prosperidad de la empresa.
Cómo conseguir la inclusión en la empresa
Para conseguir una buena inclusión en vuestras empresas, os compartimos nuestras 8 estrategias:
1. Transparencia
Todos en la empresa deben practicar la transparencia. Admitir sus defectos y animar a otros a hacer lo mismo. Este ejercicio es complejo, y para que se desarrolle adecuadamente ha de comenzar en la dirección, y la comunicación fluida juega un papel imprescindible.
2. Lenguaje inclusivo
En lugar de dirigirnos a grupos de personas como «trabajadores» o «vosotros» ¿por qué no «nosotros» o «equipo»?. Es muy positivo tratar a la gente con un tono cercano, siempre desde el respeto.
Existen algunas palabras de uso común, que pueden hacer que las personas se sientan incómodas. Puede que no molesten a todos, pero sí molestan a algún grupo. Y no es difícil encontrar otros sustitutos, generalmente mejores.
3. Se un aliado en la inclusión en tu empresa
Los aliados son miembro de un grupo social que disfrutan de algún privilegio. Y que trabajan para terminar con la opresión y entender su propio privilegio. Los aliados hablan incluso cuando da miedo. Suena simple, pero tiene un gran impacto. Hay que tener el valor de decir, «Nosotros no somos así, estos son nuestros valores». Saber que cuentan con apoyo y apreciación ayudan a aliviar los temores de ser el «único».
4. Auto-educar
Cuando no sepas algo, búscalo. Podemos tener la confianza de pedir ayuda, pero el conocimiento está al alcance de todos. Como empresa hemos de poner a disposición de todo el equipo las herramientas para solucionar sus problemas.
No hay nada de malo en hacer preguntas. Pero al mismo tiempo, no hay nada de malo en ofrecer el conocimiento para que cada uno lo auto-descubra.
5. Utiliza las redes de comunicación como aliadas en la inclusión de la empresa
Nuestros primeros embajadores son nuestros trabajadores. Si el contenido que generamos no les interesa, no lo compartirán. ¿A quién pretendemos conquistar si no lo conseguimos con ellos?
Además nos sirve como canal para escucharlos, para mejorar y para hacer que sientan que forman parte de un grupo. Todos somos un equipo y este medio nos abre un abanico de posibilidades para practicar la inclusión.
6. Dale voz a todos
¿Quién está siendo escuchado en reuniones? En ocasiones el espacio conversacional está monopolizado y no nos damos cuenta. Podemos aprender mucho al oir hablar a las persona y amplificar las voces que de otra manera no se oirán. Por lo tanto, practica una comunicación bidireccional.
Siempre que sea posible, es bueno incentivar la difusión de las voces de la empresa. Fomentar que den conferencias, escriban post para el blog, realicen clases a sus compañeros… Estos gestos sin duda les ayudarán a incrementar su marca personal, además de hacer que se sientan valorados.
7. Retroalimentación crítica
¡Todos cometemos errores! Realmente es una parte de la vida. Cuando aparecen las correcciones en muchas ocasiones surge la hostilidad. En su lugar, hemos de tratar de medir las palabras para que estas no suenen a recriminación. Y ambos lados sientan que es una mejora, y no una crítica destructiva.
De los errores se aprende, pero es importante la manera de comunicarlos.
8. Diversificación de la red
Los prejuicios existen, en ocasiones tratamos de negarlo, pero es así. Por eso una de nuestras estrategias consiste en diversificar la red. Hay que tratar de comunicarse con personas que creíste que no encajarías. Por que siempre te sorprendes. Además, es una manera genial para romper las barreras que existen entre departamentos.